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  • Foto del escritorMaskao Magacín

Y callamos

Por Maia Brisé

Aunque no paramos de quejarnos en las tertulias de botellines en el bar, con la vecina del tercero, en comidas familiares o reuniones de amigos, a la hora de la verdad y cuando la queja debe ser un grito, callamos. En contadas ocasiones sacamos el vozarrón; para celebrar triunfos futbolísticos o jalear a líderes políticos en algún mitin.


Se entiende lo complejo de la situación para la gestión de esas ayudas, pero lo que hay es un laberinto burocrático y telemático, que consigue llantos de impotencia / Maskao



También nos manifestamos, cada vez menos y por cuestiones muy señaladas, ahí desempolvamos las gargantas, pero somos un número ínfimo dentro de sociedades con millones de personas, donde la gran mayoría calla.


¨Lo que hay es un laberinto burocrático y telemático, que consigue llantos de impotencia"

Ahora mismo, hay muchos frentes abiertos para gritar. Como las ayudas ofrecidas por el gobierno en marzo, el "escudo social". Se entiende lo complejo de la situación para la gestión de esas ayudas, pero lo que hay es un laberinto burocrático y telemático, que consigue llantos de impotencia. Gran parte de esas ayudas, aunque avaladas por el gobierno a través del ICO (Instituto de Crédito Oficial), las gestionan bancos y cajas de ahorro. Pero son un "producto financiero" poco atractivo para estos samurái de las finanzas, que en su momento se frotaban las manos pensando en los créditos que podrían dar debido a la pandemia. Ya tenían la estrategia pensada, si pedías un crédito, debías contratar un seguro de vida o una alarma para tu casa. Momento en que el gobierno anunció las ayudas y préstamos con interés al 0%. Salvados por la campana.


Bancos y cajas dicen que a finales de julio, las solicitudes para el aval de alquileres, por ejemplo, eran pocas. Parece que nadie necesita esas ayudas, algo que, dada la situación, cuesta entender. Pero a poco que una pregunte por ahí, encuentra respuestas.


Manuel lleva más de un mes intentando abrir una cuenta en el banco para solicitar el Ingreso Mínimo Vital, pero le ponen trabas, además, para cada intento debe gestionar una cita previa. Él está al límite, sin recursos ni dinero. Hace ya más de tres años cerró una cuenta que tenía "muerta de risa", pero ahora, todo son problemas para volver a abrir una nueva. Desde la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, nos recuerdan que existen las "cuentas de pago básicas que facilitan la apertura de cuentas a personas en situación especial de vulnerabilidad".


"Las medidas sonaron muy bien en la teoría, pero en la práctica, las entidades financieras, otra vez, hacen lo que les viene en gana"

Las medidas sonaron muy bien en la teoría, pero en la práctica, las entidades financieras, otra vez, hacen lo que les viene en gana. María Luisa B., lleva desde finales de marzo juntando todos los papeles necesarios -que no son pocos-, para solicitar una línea ICO aval para el alquiler, se sabe de memoria los requisitos y el Real Decreto que ampara esta medida. Pero no ha sido hasta primeros de junio, cuando, y después de muchas llamadas a su Banco, recibe una para darle cita previa para presentar la solicitud y la documentación.

Acude pensando que en días podrá resolver este asunto, pero nada más lejos de la realidad. Le piden papeles que el ICO no pide y otros debe volver a sacarlos porque han caducado, certificado como el de empadronamiento, por ejemplo, caducan a los 60 días.


"María Luisa lo sabía, porque había devorado el Real Decreto y las condiciones de las ayudas, pero desde el banco, se empeñaban en lo contrario"

La cuestión es que a principios de agosto, María Luisa, por fin y después de varias citas, papeles y más papeles, ha conseguido su línea ICO aval para el alquiler. Y no fue fácil, en el banco le decían que la aprobación la daba el ICO. María Luisa contactó con el ICO para consultar por su expediente. Y, ¡sorpresa! Desde el ICO le respondieron que es la entidad financiera la que "recoge la documentación, revisa que se cumplan todos los requisitos y concede o no el préstamo, la aprobación no la hace el ICO". María Luisa lo sabía, porque había devorado el Real Decreto y las condiciones de las ayudas, pero desde el banco, se empeñaban en lo contrario.


Y diré algo muy manido, pero seguro que una va a ingresar 6.000 € y la atienden de lujo, le dan caramelos, bolis con logotipo, gorra y una tele o un juego de cacerolas gourmet. Pero en este caso, el de un préstamo que a ellos ni les va ni les viene porque deja pocos beneficios, las citas son en una oficina casi en desuso, casi clandestina. Las personas que atienden, tan oscuras como el entorno, con la empatía perdida, están más pendientes de la hora del café que de ayudar a los afligidos ciudadanos que llegan hasta sus mesas.


Y todos los bancos, en su publicidad, no se cansan de decirnos que piensan en nosotros.

¡Ya! En nosotros no piensan, piensan en nuestro dinero, nada más.

Lo sabemos, pero callamos o


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