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  • Marian Giménez

Microrrelatos

Por Marian Giménez


1

Recorrió la cortina y allí estaba. La encontró fatigada, con la mascarilla de oxígeno y unos sueros pasándole. Solo pidió que con guantes y todo alguien la cogiera la mano.


2

Al fin confinados y aislados unos de otros. Todo bien, según instrucciones. Lo habían conseguido. Ahora las mujeres trabajadoras empezaban a organizarse. (Dedicado a las mujeres trabajadoras de Elda y Preter. Que han encendido sus máquinas de coser para hacer mascarillas).


3

En el silencio de la calle y su vacío, encontré la ventana por donde te asomas. Empezó la esperanza. El virus sería vencido.


4

Un ingreso más. Una noche larga. Otro probable positivo. Nos duelen las pestañas.


5

Había un silencio, lleno de ruido. Hablaban los expertos.


6

Aquellas que cuidaban siempre, lo siguieron haciendo.


7

El árbol extendió sus ramas aún más y con el hermano lobo y la diosa luna, extendieron su medicina por toda la humanidad.


8

Estoy organizada. Pertenezco a una Casa Vecinal, del linaje de Tetuán. Invencibles frente al virus. De sus paredes cuelga la Memoria de la clase trabajadora.


9

Existía el corona, la corona, Inditex, los fondos buitres, las torres infames, el negocio de la educación y la sanidad, la vivienda sin derecho... Un sinfín de virus recorrían el territorio.

Y la clase trabajadora en el Frente.


10

Confinados en nuestras casas, le íbamos derrotando. El virus no contaba con la resistencia de nuestros sueños.


11

En su caldero mágico, la bruja de todos los tiempos, incluidos los del virus, removió y halló la receta para ese día: Lentejas de Daganzo. Y se quedó en casa.


12

En Madrid a 16-3-2020. Confinados en nuestras casas por algo que no vemos.. o


 


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