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  • Foto del escritorMaskao Magacín

La artista infinita

Charo Marín ha sido la única artista española invitada a participar en la pasada edición de Arts 19, en París, compartiendo espacio con artistas de Bulgaria, Italia, Ucrania y Francia.

Por Maskao Magacín



Arts 19 es un salón que con 49 ediciones se consolidada como un encuentro de gran importancia, tanto para los amantes del arte como para los propios artistas. Un salón reconocido también por las instituciones y con el apoyo incondicional del alcalde del distrito XIX de la capital francesa, François Dagnaud y el encargado de cultura, Éric Thebault. Precisamente, el nombre del afamado salón proviene del distrito XIX de París, donde fue creado por un grupo de artistas e intelectuales y que hasta hoy, se sigue realizando.


Charo Marín es una artista valenciana multidisciplinar, pinta, graba, dibuja, instala, diseña joyas, vestidos o escribe poemas. El Museo del Traje de Madrid cuenta con una de sus creaciones y una de sus joyas. La Opera de París guarda con mimo los diseños que Charo realizó para la ópera Madame Butterfly. Creó la firma Anagma, con su galería de arte, por la que han desfilado decenas de artistas nacionales e internacionales.


Toda una vida dedicada al arte, ¿qué la llevó a elegir este camino?

Realmente no lo sé. Una concatenación de hechos y situaciones.

Ya de bebé, casi una niña, grababa con una horquilla de mi madre en la pared de la habitación junto a mi cuna, líneas, rayajos, de todo, mientras lloraba porque ella no me podía atender en ese momento.

Cuando venía, guapa, joven, magnífica, yo ya estaba calmada. Ella, con una gran sonrisa, traía un cuento que me leía y arrebujada yo en sus brazos para escucharla, ahí empezó mi gran afición a la literatura.


"El arte me ha salvado la vida y me ha hecho sentir bien, indagar dentro de mí y ver cuan poco me conozco"

Con cuatro años, recuerdo mi primer día de colegio, llorando porque no quería separarme de mi mamá, lloraba hasta la saciedad, las profes no sabían cómo calmarme y la solución era darme papel y lápiz y al dibujar, me calmaba. Lo siguiente que recuerdo un poquito más mayor, era que yendo con mi padre por la calle de las Barcas de Valencia, la librería Bello tenía libros expuestos en la calle, llegaban Reyes y me propuso que eligiese uno, elegí uno precioso, grande, que tenia doble portada y a todo color un cuadro de una niña de Reynolds, y él me lo compró, fue mi primer libro de arte.


Charo Marín, artista multidisciplinar, con una de sus joyas diseñada por ella



Mis padres, viendo que dibujaba mucho y muy bien en los laterales de los libros y en todos los sitios, me regalaron una caja de óleos, yo era demasiado pequeña para usarlos, pero ahí estaban. Un día, con mi padre en la terraza de casa, viendo el atardecer, cogí un cartón, saque la caja y la estrené. Hice dos atardeceres preciosos, aun los tengo y así iba el tema in crescendo. El arte siempre me ha salvado la vida y me ha hecho sentir bien, indagar dentro de mí y ver cuan poco me conozco. Creo que el arte me eligió a mí.


Recibí clases de dibujo desde niña, horas extras en el cole, en talleres de artistas, yendo libre a Artes y Oficios o en academias. Ya en la Universidad, hacía Arquitectura y a la vez, por libre, Bellas Artes.

Mi padre me dijo que aquello no era vida, estudiando a todas horas, que decidiese una de las dos carreras y elegí Bellas Artes.

Crear es fascinante y cuando lo hago me siento flotar, otra yo aparece en escena, a veces sublime, maravillosa, que me deja con la boca abierta; otras, luchadora como si el cuadro fuese algo insalvable.


Lo suyo es un torrente de expresión, ha tocado todos los palos.

Si, lo veo normal. Cuando entras en un campo lo normal es inspeccionar, saber y aprender todo lo que puedas, desde la tierra hasta las plantas y así conocerlo y sacar más partido, disfrutar más y poder ofrecer más a los demás.

Como decía mi madre: “El saber no ocupa lugar”.

Al final, lo que hacía en todos ellos era dibujar y componer.


También ha ayudado mucho a otros artistas; algo especial en un mundo rebosante de egos. ¿Cómo surge esta faceta?

No lo sé. Jamás he creído que era nada ni nadie, ni me he dejado influenciar. Siempre he creído en mí, he sido sincera y honesta en mi trabajo. Mis cuadros a veces eran geniales, pero también hay otros artistas geniales en el mundo, conocerlos y estar a su lado me enriquecía y me hacia ser más humilde e intentar mejorar.


Siempre me ha gustado conocer artistas de otros países, tener contacto con ellos, apreciar y admirar su obra. Han sido para mí un lujo; Franco Palazzo, Betsie Miller, Mireya Power, Claudia Chapline, Silvio Vigliaturo, Carlos Loarca, Anette Wier... siempre he tenido mucha intuición, siendo tan grandes ellos como su obra.

Además tengo corazón y ojo de coleccionista, lo cual ha servido para detectar tanto a artistas geniales en mis viajes, como obras preciosas que he comprado. Tengo una colección de arte muy interesante y nada despreciable, aunque hay que dejar pasar los años para que esté consolidada, ahora podríamos decir que está en estado embrionario.


"Nunca he pedido subvenciones, no creo en ellas, creo que el artista es uno más y debe poder subsistir como lo hace un zapatero o un camionero"

Intenté por todos los medios decentes y razonables exponer; mujer, joven, muy alta, delgada y guapa, todo complicado, pero cuando trabajas seriamente, los escollos se deshacen y gracias a dios al final solo ven la obra.

Vi que aquí en Valencia iba a ir danzando de galería en galería y sin conseguir nada serio, en estado fósil, dependiendo de un señor, así que empecé a organizar en mi estudio los primeros pinitos de lo que sería la galería de arte contemporáneo Anagma.

Mi marido llego un día a casa y me dijo con una gran sonrisa: “ya tienes galería, tu propia galería” y ahí empezó ese periplo con los artistas. Yo era una galerista muy especial, estricta y para mí el artista era el rey, no el dinero, como en la mayoría de otras galerías al uso. El siguiente era el cliente, que me daba siempre mucho respeto y ternura, sin él, el artista no tenía ni fuerza ni continuidad.


Los artistas me escribían pidiéndome exponer en España, pidiéndome opinión sobre sus obras. Siempre estuve ahí, con todas mis fuerzas, dentro de mis humildes posibilidades y con un atracón de trabajo importante.


Caballo 4 fragmento / Charo Marín



Para mí un artista no era un competidor si no alguien que estaba ahí como yo, para decir algo. Y me he puesto en su lugar. Ellos me han dado mucho.

Traer esos artistas era muy sacrificado, hice esfuerzos ímprobos, era una gran satisfacción y me sentía bien, pero… siempre me sentí sola, como en una misión imposible.

Nunca he pedido subvenciones, no creo en ellas, creo que el artista es uno más y debe poder subsistir como lo hace un zapatero o un camionero o quien sea, no tiene por qué la sociedad pagar parte de su trabajo para que pueda ser artista.


La prensa entonces era eso, prensa, y daba gusto, venían a ver la exposición, informaban, criticaban, había cultura, ahora eso ha desaparecido, todo es pagando y no estoy dispuesta a pagar por algo que se ofrece gratis.

Según ellos, los de ayuntamientos y toda esa gente, “el arte es un espectáculo”. En mi caso, tuve a intelectuales y personas interesantes llenado mi galería hasta la otra esquina de la calle los días de inauguración, siempre les daré las gracias, disfrutamos mucho, mis artistas y yo los que más.


Gerard Xurriguera fue un conocido crítico de arte en París, le dijo en una ocasión que "sale un artista entre mil y es cuestión de suerte".

Nunca he creído en la suerte, mi cuñada Amparo, me dijo una vez que la suerte era vital, yo no la creí en absoluto. Con los años he visto que sí que existe, un niño nace aquí o nace allá y es una buena o mala suerte, no obstante en el arte como en todo hay que buscarla, pero eso no significa que encuentre la aguja en un salón de 10 m cuadrados, quizás de repente la coge uno que no sabe ni como se llama, y que acaba de entrar, ahí está esa palabra: suerte. Si da la casualidad que va al encuentro de una persona cultivada en el arte, luchadora y con talento, genial, si no… mal para los ignorantes que pagan o que lo ven y pierden el tiempo por tanto en ello. La suerte es el dedo de Dios o como los libros de nuestras vidas. Ese dedo va dirigido por política, por religión, por sexo, por dinero y a veces, las más guay, por talento, pero son las menos.


La suerte nos la cultivamos nosotros mismos, pero a veces es tan difícil mantenerla, cogerla, alcanzarla…. yo la he tenido muchas veces en mi mano y la he dejado marchar, se me ha ido entre los dedos, mis hijos, mi marido, mi familia, sabía que elegir.


Astruss y las ballenas



Solo los hombres acceden a la suerte. Si papá viaja, pobrecito está trabajando. Si la mamá viaja, se ha ido y nos ha dejado. Si la mamá no está ahí firme y al pie del cañón, el papá desaparece y los niños…


Empresarios y marchantes prefieren a los hombres, con ellos tienen continuidad y “seriedad", y normalmente no se quieren acostar con ellos, es muy complicado coger esa suerte de la que hablamos siendo mujer. Pasar mucho sueño, trabajar por tres mujeres, es difícil encontrar una línea recta, a veces vas dando bandazos, te caes y te levantas, sigues por otro camino, vuelves a caer y te vuelves a levantar, y al final, la meta ya no es exactamente la que creías.


"Pero es muy difícil, mucho, ser mujer en todo el amplio concepto de la palabra y ser artista"

¿La suerte? he visto muchos artistas malísimos triunfar, en cambio, artistas estupendos que lo han intentado mil veces, morirse de hambre y al final de depresión, la suerte no es justa.


¿Significa que muchos llegan más por suerte que por calidad?

Si. El que haya calidad no significa que vaya a funcionar y a todos esos crápulas les importa un bledo la calidad, les importa subir, el dinero y más, relaciones, mentiras, no hay más que ver qué productos tienen esto entre las más de hoy. Comprendo por qué la gente se hartó un día de eso que le ”vendían como arte" y de que le tomaran el pelo.


Pero es muy difícil, mucho, ser mujer en todo el amplio concepto de la palabra y ser artista, además si eres libre, si no entras en su sistema, la suerte no llega ni loca de atar.

No obstante yo siento que he tenido mucha suerte, la que yo me he forjado, he trabajado en lo que me gusta arriesgando mucho, tomando decisiones fuertes.


Entonces el artista no depende solo de él para triunfar, es un cúmulo de situaciones.

El artista es un producto que muchos especuladores intentan explotar, vivir de ellos… esto podríamos decir que está bien, pero solo ocurre cuando eres joven y aun no has empezado a exponer casi. Si eres política y religiosamente independiente, mujer o mayor, lo tienes de pena. Hay que moverse, hay que participar, hay que exponer si no, en casa sentado, al artista no le va a venir nada.

El artista verdadero no se jubila, aunque pierda talento por circunstancias vitales, el talento nos viene dado y hay que descubrirlo, valorarlo. Y sobre todo, cultivarlo y no dejar de creer nunca en uno mismo, de lo contrario la creación se nos resiste. Y tanto esfuerzo queda a expensas de no se sabe qué.


Natapuzca



En noviembre participó en la 49 edición del salón Arts 19, en París, como única artista española. ¿Nos puede hablar de los salones de arte?

Decir París es decir salones, y eso viene de hace mucho. Con salones que fueron famosos, muy importantes y que ya no existen, como el Salón de París, desde 1700 a 1890, el evento internacional más importante del mundo cada dos años. El Salón de les refusés (los rechazados), eran tantos los que rechazaban que hicieron un salón paralelo. El Salón des Independents (post impresionistas), el de la Rose+Croix (pintura simbolista, que desapareció en 1897) y podríamos seguir. Yo conocí el más maravilloso Salón de artistas, creado por una valenciana en París, Concha S. Benedito, una mujer pequeña pero muy grande que luchó siempre por ayudar a los artistas. Consiguió que de exponer en una carpa primero, acabáramos todos en el Grand Palais y sin cobrar jamás nada.


Ese Salón, MAC 2000, era para el artista una oportunidad de vender seguro. Y para los coleccionistas y amantes del arte, una compra segura también, pues la base de todo ello estaba en la selección de los artistas.


Después del MAC 2000 de Madame Benedito, (descubrir el talento, abrir los ojos…), este Salón fantástico ya no ha sido lo mismo, y he visto muchos:

Art Capital (OK, es un buen salón), Art París (antiguo Mac 2000, pero ni locos como Mac 2000), Comparaison, Design et peintre à l´eau (anual, pastel, acuarela…), Salon des artistes françaises (es muy académico), Salon d´automne (bueno pero muy caro, se hace desde 1903), Montrouge (para jóvenes, instalaciones).


Última obra realizada hasta la fecha por Charo Marín (Verano de 2019)



La elección de artistas y obras ¿a cargo de qué personas están?

En los Museos y centros culturales oficiales, no se utiliza a los artistas para la selección, sino a políticos perdidos en burocracia, asesores y mucho rollo, pero ahí tiene que haber dirigiendo un gran artista, por supuesto, arropado por personas especializadas (escenografía, museística, abogado, historiador) pues él es quien hace una selección sensible, fantástica y adelantada a su momento.


En su galería hace la selección de artistas y obras. ¿En qué se fija?

De intuición hay mucho. Seleccionar a un artista para exponer en Anagma, que no es solo lo mismo que seleccionar una obra, miro primero que la obra me sorprenda, me guste, posea calidad por su mensaje, por su originalidad; después veo el formato, si todo es obra medianita y no hay obra grande buena, mal asunto, en el desarrollo de una obra grande se ve la capacidad del artista. Luego miro que no tenga solo diez obras contadas, para poder elegir, después veo el currículo, que ha de ser el de un trabajador, es decir, que no trabaja solo el fin de semana o de vez en cuando, que no expone una vez cada tres años, que trabaja continuadamente porque es un profesional y como tal, sale de su pueblo, traspasa fronteras, que lucha y se esfuerza por hacer ver su trabajo. Una vez superado este punto, me da igual si tiene premios o no, pues no creo en los premios.


"El precio debe estar dado por las subastas, sus estudios, experiencia y edad. Son muchos factores que no hablan solo de arte, son de un producto"

Luego veo que no sea una persona conflictiva, que su ego o sus ganas de vender no lo pierdan, porque entonces es intratable, nada generoso o empático y posiblemente ponga unos precios que sean un robo o me cause problemas de convivencia, y a mí me gusta la paz, huyo de trapicheos. El precio debe estar dado por las subastas, sus estudios, experiencia y edad. Son muchos factores que no hablan solo de arte, son de un producto.

Nunca hago contratos, me gustan las parejas de hecho, así que cuando un artista quiere irse se va y ya está, o si veo que el artista es un caradura o intenta engañarme, ya no está dentro de la familia Anagma. Y la verdad es que tengo un plantel de artistas de todo el mundo fantásticos y geniales, por los que pongo la mano en el fuego, pues están ahí y jamás me han fallado ni yo a ellos. Se basa la relación en la sinceridad, a la hora de crear, a la hora de trabajar, a la hora de vivir.


Pargaru



Según usted, ¿en qué momento se encuentra el arte donde un plátano con un esparadrapo es una obra?

Siempre sale algún plátano con esparadrapo genial, y como siempre también en épocas de cambios y de nuevas fronteras artísticas, cuesta encontrarlo. Estamos ya hace algo más de una década, casi dos, que el arte con internet anda muy rebolicado, cansado, buscando un camino y siempre que pasa eso, se experimenta, se critica y se es intolerante, pero hay veces que las experiencias se pasan.


El concepto de arte como tal, con cuadros en la pared, ha cambiado, ahora va todo demasiado rápido, las relaciones suelen ser cortas y parece que vamos a tener un tiempo artístico alejado de lo conservador, de lo consistente, de lo que llamamos obra de arte, pues ya hasta en los museos hay piezas que parecen una tomadura de pelo. Todo es virtual y a través de un plasma, bueno, casi todo.



He leído mucho sobre cómo poder entender este cambio, pero no me siento todavía con la fuerza de poder definir lo que está pasando. No hay que confundir un mensaje efímero, un performance, una instalación, con lo que es una obra de arte, para mí es como diferenciar un artículo de una gran novela, ese arte hecho con las manos existe y existirá siempre pues va con el ser humano.

La obra debe hablar por sí misma, me parece ridículo y absurdo esas exposiciones en museos y grandes centros culturales que tienen un texto inmenso llenado las paredes, te pasas una hora leyendo para luego no ver nada.

Menos palabras y más obra.


¿Cómo definiría su obra?

Yo definiría mi obra como con mucha fantasía, muy humana, pues siempre son los sentimientos o hechos humanos lo que están en ella. En diferentes épocas he trabajado con más o menos austeridad de color y de formas, dependiendo de las circunstancias, en esos tramos se ve la juventud y se ve todo. La obra, cuando es verdadera, es un retrato de su autor. Últimamente, es posible que sea mas barroca, pues he ido añadiendo dibujo, color y elementos. No sirvo para obras panfletarias ni tampoco con temas obligados, mi corazón manda en el lienzo y es el que dirige los pinceles.



Arriba El caballero del bosque

Abajo Las tres edades



También diría que mi obra es muy teatral, como una escenografía donde los colores siempre la acaban dominando. Empiezo siempre con un abstracto y el dibujo es quien viene a perfilar, a dar su toque preciso y marcar las líneas del cuadro.

Es evidente que en la obra de un artista se ve su mensaje, y cuando es una verdadera obra de arte, aunque tenga diferentes idiomas o interpretaciones, siempre el alma de la obra sale fuera del cuadro y llega al espectador como un mago maravilloso que lo envuelve con su mensaje. Así pues, literaura, humana, crítica y onírica.

No me gusta acostumbrarme a mí, necesito ver que la obra evoluciona, cambia, envejece, renace, que no se ha encallado en un punto y toda la vida hago lo mismo, como ocurre con muchos artistas.


Sus pinturas suelen estar llenas de color, alegres, con fuerza. ¿Es la expresión de su personalidad?

Bueno, el hecho de que tengan color no significa que sean alegres, a veces sí, tienen mucho humor en algunos casos; otras son trágicas, pero no me gustan las obras desagradables con las tripas fuera, eso me da asco y aprensión, aunque he visto obras así que reconozco que son buenas como obras de arte pero que yo jamás tendría en mi casa. Soy una mujer valenciana nacida en el mediterráneo y eso conlleva, luz, alegría, color, energía que me son dados por el medio.

Me gustan las buenas palabras y la educación para decir hasta lo más malo, soy anti violencia y prefiero el diálogo, y eso sale en mi obra, aunque soy constante, contundente y si no lo tengo súper claro, no doy el brazo a torcer, creo que se ve en mi trabajo.

Otros dicen que soy expresionista, que soy diferente o que no saben cómo definirme.

Yo tampoco.


"Siempre he intentado acercarme al público pero me cuesta un gran esfuerzo, me siento alejada de las masas, no las entiendo"

Enseña a pintar a los niños, ¿qué le enseñan ellos a usted?

Los niños me encantan, son siempre el futuro y eso me gusta mucho, si se impregnan y empapan del verdadero arte podrán hacerlo, comprarlo, admirarlo, a su modo, disfrutarlo.

Son inocentes, verdaderos y absorben lo que les enseñas con ilusión y lo llevan a cabo a su manera, no tienen prejuicios y son muy críticos.

Cuando empiezan a ser mayorcitos, a partir de los 7 años, ya están empezando a contaminarse y resulta difícil que su yo salga limpio, tienen prejuicios, miedos que les ha metido la sociedad o sus propias familias. Ellos con el dibujo o la pintura sacan toda su personalidad y los puedes leer como un libro. Las mejores críticas de mis obras, las he recibido de mis hijos.


¿Qué le queda por conseguir?

Me queda todo por conseguir, soy muy ambiciosa y cuando he conseguido algo ya me parece poco y quiero más. Esa ambición es sana y se traslada a las bases, me gusta mucho estudiar, investigar, aprender.

Todos los temas en los que he trabajado, han enriquecido mi punto fuerte, la pintura, y han sido un valor añadido para liberarme al trabajar, he aplicado todas esas técnicas a mis cuadros.

He llevado los trajes y fantasías de mis cuadros a la moda y las joyas. La moda me fascina porque es como un tubo de pintura que va dejando al pasar sus colores y perfumes, es como un dibujo cambiante, como hacer vivir a la obra de arte.

Las joyas son a veces como una escultura que se hace pequeña, se lleva sobe el cuerpo y da luz, lujo elegancia, potencial, otras son como espíritus que te acompañan.


Cahro Marín nos enseña su firma de autora y artista



¿Cómo se definiría, a sí misma, Charo Marín?

Una verdadera artista, mujer y madre de dos hijos. Muchas veces he metido la pata por mi apasionamiento pero nunca con maldad. Busco siempre cómo entender al otro y ponerme en su lugar. Me encanta crear, es lo que me hace feliz.


No he conseguido en el campo del arte lo que quería, pues no siento haber sido reconocida, no hablo de fama, que no me gusta, ni de dinero que no necesito tanto, si no de que la gente de la calle sepa que existo y pueda disfrutar de mi trabajo, pero para eso hay que ser como la Coca Cola y requiere mucho dinero, empatías con el publico y famoseo, y ninguna de esas tres cosas creo que son mi fuerte.


Siempre he intentado acercarme al publico pero me cuesta un gran esfuerzo, me siento alejada de las masas, a veces no las entiendo y eso dificulta la situación perfecta de masas + artista = éxito.

Soy intimista, amiga de mis amigos y seguiré en el intento, nunca hay que rendirse.


Obra de Charo Marín, quien se considera una verdadera artista, mujer y madre de dos hijos



Diría que soy un luchadora empedernida, nunca digo no cuando un amigo me invita a exponer, siempre he sido fiel al arte, me encanta mejorar, superarme así como las críticas constructivas, tengo mucha energía y soy muy trabajadora, muy cabezota y me encanta conectar a la gente entre sí, para ayudar y compartir.


La vida me parece fantástica, por eso cuando murió mi hijo perdí gran parte de esa vida que no he vuelto a recuperar y ando un poco coja, ciega y minusválida, pero lo que queda de mí, aquí está a vuestra disposición.


Mucha gente habla muy bien de usted, incluso con agradecimiento.

¿Imagina a qué se debe?

No lo sé, eso supongo que lo sabrán ellos. No sabía y eso me alegra.

Me gusta que quien me conozca tenga alguna aportación mía, física o espiritual, que le haga recordarme en positivo como algo agradable que ha pasado por su vida o

















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