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  • Marian Giménez

Intenso planeta azul

Leemos noticias de la caza del lobo por tierras del norte de nuestro país. Hace poco un tuitero ponía una imagen, tierna y desoladora también.


Recreación del tuit que escribió una persona en relación a la caza del lobo en el norte

de España. La frase ponía: “Lobo, cuando bailes en el bosque, ten cuidado porque hay cazadores y te quiero”.



El hermano lobo y la hermana luna, de la que hablaba, Francisco de Asís

en sus escritos. Una forma bella y fraternal de decirnos que no somos superiores o mejor dicho que no debemos osar serlo. Quizás lo que seamos es la peor especie que exista sobre la tierra. Tanta codicia destruyendo nuestro intenso planeta azul.


Por tierras toledanas, conozco una encina que extiende sus ramas abrazando el aire, inclinándolas también hacia la tierra. Es una anciana, poderosa, fértil, que alrededor ha dejado su fruto. Otras hijas parecen rodearla y protegerla.

Al verla mi madre, sufrió tal impacto que se puso a llorar como una niña perdida, que sin embargo había encontrado el viaje de vuelta.


Sierra de Canencia (Madrid) / Marian Giménez


No sé si se trata de un viaje de vuelta. Sé que paseando en lo profundo

del bosque, me siento viva y sin cansancio.

El verde musgoso y los líquenes, nos hablan de un aire no contaminado. Nos dicen que miremos a la luna y sus rostros cambiantes. Las piedras milenarias, comentan entre ellas que sus aberturas y agujeros, dan a luz

y paren todas las formas posibles de la vida. El viento empuja a las nubes que traen la lluvia y la tormenta y las bandadas de pájaros que se mueven por todos los continentes. Son los marcadores de las estaciones cambiantes y transformadoras, de la época de siembra y de la cosecha. De costumbres ancestrales, cuya sabiduría y buen hacer casi se está perdiendo.


Nos vendieron un crecer y crecer sin límite. El coche como progreso.

Un transporte individual en la mayoría de los casos, a falta de una buen

red de transporte público accesible en el precio para la inmensa clase trabajadora, que en todos los lugares es la que sostiene a estos codiciosos, gente sin escrúpulos, que explota el intenso planeta azul.

Vivimos de migajas, nos roban el verde de la vida y la vida misma en todas sus condiciones de derechos y bienestar social.


Hay lobbies del reciclaje, grandes multinacionales, obscenas y maltratadoras de océanos y mares, de las inmensas llanuras, del agua

y la tierra, que bajo decorados de palabras y artificiosos eslóganes, nos dicen que reciclemos y que todo es una responsabilidad personal.


"La primavera no viene en unos grandes almacenes"


Cubos de colores, para echar nuestra basura, rodean edificios, calles, ciudades enteras. No sabemos para qué sirven. Sí sabemos que mucha basura no se recicla. Otra mentira más. Un sistema dedicado a consumir, esa es la base de toda una economía mundial. Entramos en la categoría

de consumidores. La basura y la miseria son ustedes y su codicia. Su cinismo, la manipulación a la que nos someten. La primavera no viene en unos grandes almacenes. La primavera es los geranios que veo en los balcones de mi barrio y muchas enredaderas que cuelgan de los mismos.

La primavera es ver a mis vecinas cuidando de sus plantas y plantando olmos en espacios abandonados y llenos de basura, que limpian primorosamente para que crezcan sanos y frondosos. Un abuelo ancestral en sus costumbres y sabiduría, tiene la grandeza de haber plantado otros árboles, que cuida con esmero, en un lugar de Tetuán, en Madrid, donde antes era un yermo desolado y triste. Los riega cada día y observa en un diálogo amoroso, fértil y lleno de alegría, Intenso planeta azul, tanto crecimiento es incompatible con la vida.


Dedicado a Marisa y al abuelo del Paseo de la Dirección.

A Las Regaderas de la Casa Vecinal de Tetuán. Gracias o

Marian Giménez

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