Intenso planeta azul
- Marian Giménez
- 11 nov 2020
- 3 Min. de lectura
Leemos noticias de la caza del lobo por tierras del norte de nuestro país. Hace poco un tuitero ponía una imagen, tierna y desoladora también.

Recreación del tuit que escribió una persona en relación a la caza del lobo en el norte
de España. La frase ponía: “Lobo, cuando bailes en el bosque, ten cuidado porque hay cazadores y te quiero”.
El hermano lobo y la hermana luna, de la que hablaba, Francisco de Asís
en sus escritos. Una forma bella y fraternal de decirnos que no somos superiores o mejor dicho que no debemos osar serlo. Quizás lo que seamos es la peor especie que exista sobre la tierra. Tanta codicia destruyendo nuestro intenso planeta azul.
Por tierras toledanas, conozco una encina que extiende sus ramas abrazando el aire, inclinándolas también hacia la tierra. Es una anciana, poderosa, fértil, que alrededor ha dejado su fruto. Otras hijas parecen rodearla y protegerla.
Al verla mi madre, sufrió tal impacto que se puso a llorar como una niña perdida, que sin embargo había encontrado el viaje de vuelta.

Sierra de Canencia (Madrid) / Marian Giménez
No sé si se trata de un viaje de vuelta. Sé que paseando en lo profundo
del bosque, me siento viva y sin cansancio.
El verde musgoso y los líquenes, nos hablan de un aire no contaminado. Nos dicen que miremos a la luna y sus rostros cambiantes. Las piedras milenarias, comentan entre ellas que sus aberturas y agujeros, dan a luz
y paren todas las formas posibles de la vida. El viento empuja a las nubes que traen la lluvia y la tormenta y las bandadas de pájaros que se mueven por todos los continentes. Son los marcadores de las estaciones cambiantes y transformadoras, de la época de siembra y de la cosecha. De costumbres ancestrales, cuya sabiduría y buen hacer casi se está perdiendo.
Nos vendieron un crecer y crecer sin límite. El coche como progreso.
Un transporte individual en la mayoría de los casos, a falta de una buen
red de transporte público accesible en el precio para la inmensa clase trabajadora, que en todos los lugares es la que sostiene a estos codiciosos, gente sin escrúpulos, que explota el intenso planeta azul.
Vivimos de migajas, nos roban el verde de la vida y la vida misma en todas sus condiciones de derechos y bienestar social.
Hay lobbies del reciclaje, grandes multinacionales, obscenas y maltratadoras de océanos y mares, de las inmensas llanuras, del agua
y la tierra, que bajo decorados de palabras y artificiosos eslóganes, nos dicen que reciclemos y que todo es una responsabilidad personal.
"La primavera no viene en unos grandes almacenes"
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