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  • Juan Ramón Puyol

La Nueve. Los españoles que liberaron París.


El pasado 24 de agosto París conmemoró el 75 aniversario de la liberación del yugo Nazi. Pocos recuerdan que aquella noche, un blindado llamado “Guadalajara”, y un español, Amado Granell, fueron los primeros en llegar en socorro de los partisanos franceses, que desde hacía cuatro días ocupaban el Ayuntamiento. Esta historia, fragmentaria, como toda la historia, empieza ocho años antes con la Guerra Civil de España. Por Juan Ramón Puyol.

Half-Track Guernica, desfilando en París.

Durante décadas se quiso tapar, en la historiografía francesa, que fueron republicanos españoles los que pasadas las 21 horas del 24 de agosto de 1944, entraron, a bordo de sus Half-Tracks (vehículos semioruga blindados) en la plaza del Ayuntamiento de París y que protegieron durante toda la noche a un hervidero de personas que esperaban ansiosas la llegada de los libertadores, desembarcados en las playas de Normandía desde principios de junio.

La noticia se extendió por toda la ciudad y los parisinos; pero también los miles de refugiados españoles, entre ellos Victoria Kent y Federica Montseny, respiraron por primera vez en cuatro años, la frescura de la libertad. Aquella noche las luces de París volvieron a ser encendidas, la Marsellesa fue cantada sin cesar y el pueblo se lanzó a las calles para celebrar la liberación. Las campanas de toda la ciudad empezaron a repicar hacia las 19:15 horas cuando un comunicado de la radio anuncia: “Una columna de soldados franceses, españoles y marroquíes se encuentran a las puertas de París”... Poco después otro comunicado urgente: “se ruega a todos los señores curas que hagan repicar las campanas a todo vuelo anunciando la entrada de los Aliados…”.

"Amado Granell, un republicano español, fue el primero en llegar a París"

La historia oficial dice que fue el capitán francés Bronne, en el tanque Romilly, el que, la noche del 24 de agosto, había llegado el primero al Ayuntamiento. Una versión falseada, que hoy sabemos, gracias al trabajo de investigación de Evelyn Mesquida y su libro “La Nueve, los españoles que liberaron París”, que ese capitán se llamaba Dronne y que el vehículo que abrió paso al Romilly no era otro que el Guadalajara: uno de los 14 blindados de la compañía española llamada La Nueve que combatía bajo las órdenes del general Leclerc.

La edición de París del viernes 25 de agosto de 1944 del periódico Libération (nada que ver con su homónimo de la actualidad) titulaba a toda página ILS SONT ARRIVÉS! y cometía los primeros errores informativos. Reproduce una foto en la que identifica al jefe de la policía en el ayuntamiento junto a un soldado de la columna Leclerc, sin mencionar su nombre.

Portada del Diario Libération con Amado Granell, en la foto con gorra militar, identificado como un oficial de Leclerc.

En un sumario de la información principal habla de que el primer soldado en entrar a París es un americano. Otro error. El protagonista fue Amado Granell. Lo único americano de esa foto es el uniforme que porta.

Granell fue el primero en llegar a París. Su nombre, ahora legendario, tras las pesquisas de periodistas y escritores como Rafael Torres que en su libro “El hombre que liberó París”, descubre cómo Granell, salió con su fusil ametrallador en el “Stanbrook”, el último barco que partió de la trampa en que se había convertido el puerto de Alicante al final de la guerra. Quince mil compatriotas no pudieron salir de allí, pues los barcos que se habían prometido nunca llegaron. Como muchos de los que arribaron a Orán, terminaron pasando a las tropas del General De Gaulle.

El Capitán Dronne da instrucciones a Granell (a la derecha de la foto), sobre el ataque al edificio de telefónica.

Detrás, a la izquierda, Martín Bernal.

Encuadrada en la 2ª División Blindada de la Francia Libre, del ejército de De Gaulle, la compañía La Nueve y otras tres compañías, donde la tercera parte eran también españoles, formaban el Batallón Español. Todos ellos comba- tieron en el norte de África contra el Afrika Korps de Rommel al que terminarían derrotando.

"La Nueve y otras tres compañías, donde la tercera parte eran también españoles, formaban el Batallón Español"

La Nueve estaba formada por 160 hombres de los cuales 147 eran republicanos españoles que provenían del norte de África, tras salir desde las costas españolas al exilio en los últimos días de la Guerra Civil. Otros llegados desde los campos de concentración del sur de Francia como el de Argelès sur-Mer, cuando Hitler invadió el país.

Muchos llegaron a las costas argelinas al enrolarse en la Legión Extranjera francesa, única posibilidad que tenían de huir de Mauthausen o de ser devueltos a Franco. Otros escaparon de los campos de trabajo forzado en el desierto donde habían sido trasladados, por los colaboracionistas de Vichy, para la construcción del siniestro e inacabado tren Transahariano, que pretendía unir las colonias francesas de África. Aquella mano de obra esclava enviada por Petain a su construcción, testimoniaron que fue el peor de los infiernos que pueda imaginarse.

Mano esclava española durante la construcción del inacabado tren Transahariano a principios de los años 40

Entre aquellos soldados estaba Manuel Fernández, un asturiano que tenía 16 años cuando el Golpe de Estado del 36 le obligó a salir de su pueblo cuando llegaron los falangista y su política de represión. Se enroló en el Ejército Republicano pero cayó preso. Tras recorrer muchos presidios y campos de trabajos forzados consiguió evadirse con dos compañeros y pasar a Francia donde pudo enrolarse en la Legión Extranjera. Después pasó a la División Leclerc.

"Algunas fuentes apuntan a que unos 10.000 españoles formaron parte de la Legión"

La División Blindada, nutrida con el nuevo y abundante armamento desembarcado en el norte de África por los americanos, pronto fue embarcada rumbo a Inglaterra con un material bélico que aquellos republicanos jamás habían tenido en sus manos pues durante la Guerra Civil “El hierro lo tenían los golpistas” en palabras de Luis Royo. Royo combatió con 16 años en la Batalla del Ebro. En un documental recordaba cómo utilizaban piedras grandes, que hacían rodar cuesta abajo, para ver si acertaban a darle a algún franquista en la cabeza, pues a falta de otro armamento se defendían también con eso. “Si hubiéramos tenido el hierro que después nos dieron los americanos en el norte de África”, se lamentaba, “la cosa hubiera sido de otra manera, pero ellos tenían a los alemanes e italianos que nos bombardeaban continuamente…”

Al terminar la guerra Royo tiene 18 años y cruza a Francia donde es recluido en un campo de concentración para, tiempo después, enrolarse en la Legión como muchos otros. Algunas fuentes apuntan a que unos 10.000 españoles formaron parte del cuerpo expedicionario. De ahí pasó a La Nueve y con ellos a Inglaterra.

A la espera del Día D, los españoles pudieron disfrutar de buen alojamiento, comida, entrenamiento y distracciones. Tras 8 años de penurias, guerras brutales y fratricidas su suerte estaba cambiando. Cuando, a principios de agosto de 1944, por fin desembarcan en Normandía muchos besaban la tierra y guardaban puñados de arena, recordaba Manuel Fernández con emoción. Creían que era el primer paso de la reconquista de España. Pronto entraron en combate con los alemanes: Alençon y sobre todo Ecouché donde la batalla duró varios días.

Los componentes de La Nueve en una foto de familia en el Reino Unido antes de partir hacia Normandia / A.A.H.C.La Nueve

En Ecouché fue gravemente herido Fernández cuando subió con un bazuca a eliminar un tanque. Sin soltar la cuchara con la que estaba comiendo un cordero con judías, festín del que hacía mucho tiempo que no disfrutaba, sufrió el impacto de un cañonazo.

Fernández no entró en París. Tampoco Royo. Cuando faltaban 10 kilómetros para entrar a la Capital, su Half-track rompe la cadena y Leclerc, expedito, lo manda parar y reparar. No llegará hasta el día siguiente cuando la mayor parte de La Nueve han ocupado el Ayuntamiento y tomado posiciones durante toda la noche. El que sí entró en París aquella noche fue Rafaél Gómez a bordo del Guernica.

De Gaulle pasa revista a los soldados de La Nueve.

Se distinguen los Half-Tracks "Les Cosaques" y el "Don Quichotte". El segundo por la izquierda es Leclerc.

Fue reclutado con 16 años en la famosa “Quinta del Biberón”, en la Guerra Civil y la terminó de carabinero. Estuvo preso en Saint-Cyprien antes de pasar a Orán donde tenía familia. No fue hasta el desembarco de los americanos en las playas africanas que el joven Rafael se integró en Cuerpo Franco con el que combatió en Túnez.

Recordaba especialmente la noche que pasó en vela en París cantando y pensando en que pronto liberarían España, como le contó a Evelyn Mesquida en una entrevista recogida en su imprescindible libro en 2006.

No fue hasta 2004 cuando fue puesta la primera placa conmemorativas en recuerdo de La Nueve. La Alcaldesa de París, Anne Hidalgo, hija y nieta de españoles, fomentó su recuerdo para que toda esta historia tenga el reconocimiento que se merece. Hoy cada 24 de agosto desfiles y homenajes tienen lugar en París y desde 2015 también en Madrid. Fernández, Royo y Gómez fueron los únicos tres héroes de La Nueve que vivieron para verlo.

"Franco sería perdonado y blanqueado como socio preferente de los aliados"

El héroe traicionado.

Entonces no lo sabía, ni él ni sus hombres, pero el plan ya estaba diseñado: tras vencer a Hitler y Mussolini, Franco sería perdonado y blanqueado como socio preferente de los Aliados. Para entonces, Amado Granell llevaba siete años combatiendo, entró en París y continuó con La Nueve hasta el Nido del Águila de Hitler, pensando que fulminado el ejército nazi llegaría la hora de romper las cadenas del fascismo que atenazaba España. La gloria y la fama serían para su jefe, el Capitán Dronne que se había hecho cargo de los españoles cuando se formó la División Leclerc en el norte de África tras vencer a los alemanes.

Amado Granell había destacado en la Guerra Civil, siendo alférez del Batallón Motorizado de Ametralladoras, grupo de choque del ejército republicano que destacó en la defensa de Madrid. Posteriormente fue ascendido a Comandante de la 49ª Brigada Mixta del Ejército Popular Republicano. Al final de la II Guerra Mundial sólo habían sobrevivido 16 españoles de La Nueve, entre ellos Granell que jugaría un papel destacado en la posguerra. Fue encargado por parte de Largo Caballero para reunirse con Gil Robles con el propósito de negociar una posible vuelta de Don Juan a la Corona española con el concurso de los demócratas, pero la negociación se interrumpió cuando Franco se reúne con Don Juan, descartando un acuerdo de monárquicos y socialistas.

El Half-Track Brunete durante el desfile del día 26 de agosto de 1944.

Los nombres de los semiorugas de La Nueve se han hecho inmortales tras entrar hace 75 años en París, Guadalajara, Teruel, Madrid, Cap Serrat, Don Quijote, El Ebro... homenaje a las batallas de la Guerra Civil, recuperadas para siempre en la memoria y en la historia o


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