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  • Marian Giménez

Entre basuras


Las calles de nuestras ciudades, junto con muchos de sus parques y jardines, están llenas de basuras. En Madrid, en los últimos años se ha hecho costumbre ir escupiendo por la calle, sin ningún pudor y con toda la alevosía de la que dispone el escupidor. Latas, botellas de cristal, envases de plástico son arrojados con desprecio a los espacios públicos, acumulándose en los alrededores de los pocos árboles de los que vamos disponiendo. El cemento, el tráfico, el ruido, constituyen especies invasoras, a las que hemos dotado de normalidad. Convivimos con toda esta basura ambiental, si acaso con algún alarmismo ocasional, al igual que vemos a los pobres, (ahora se les nombra como los sin techo), son simplemente pobres que se colocan en las calles, donde mejor les cae, pero nuevamente les hemos incorporado en nuestra mirada y como si nada, como si nuestros ojos no advirtieran que algo muy grave debe de estar ocurriendo. Son invisibles. Los pobres y las basuras.

Discúlpenme, si utilizo también la expresión basura ambiental, para referirme a este turismo desaforado, con el ruido estridente de las maletas, recorriendo nuestras calles. Edificios enteros, que antes alquilaban pisos a los vecinos y vecinas, se han transformado en pisos turísticos, expulsando a la gente, a fuerza de subirles los alquileres. Ya he hablado de este tema en anteriores artículos.

Otro capítulo aparte merece, las heces y orines de los perros. Sí, no son los perros, son los dueños decimos. En nuestras calles no solo se escupe, también se orina a la luz del día y de la noche, especialmente entre los contenedores de basura. Deben pensar que entre contenedores de basura, es menos malo, porque total, como se deposita allí la basura es el lugar ideal para defecar y orinar.

Calles y parques de una ciudad que terminan llenos de basura

Este es el estado de cosas.

¿Qué es lo que pasa? Notamos la diferencia, de unos barrios a otros. En el barrio de Salamanca, o en el distrito de Chamberí, en Madrid, es como si hubieras traspasado la frontera de la mierda, así sin más, y te encontrases con otro mundo, acaso más perfecto y habitable. No digo que no haya problemas de este tipo, pero están más atemperados y las calles desde luego no muestran el nivel de basura que observamos en otras zonas.

El desprecio y la indiferencia con las que se tiran las basuras o se escupe, ¿no estará relacionado con otro desprecio e indiferencia con la que se sienten tratados, las personas que habitan las grandes ciudades?

Sin empleo, con empleos precarios, gente sin casa, casas sin gente como decía la canción de Silvia Pérez Cruz, crea un estado de maltrato social que hace que la calle sea la culpable de todos nuestros males, una especie de chivo expiatorio, sobre la que volcar todo el malestar. Es como si se dijese ¡Que os den a todos!

"Ocúpense de la basura y no de las banderitas en los balcones oficiales"

No se puede estar dando continuas instrucciones de reciclado de basuras, con prolijos folletos indicando todos los colores, que se corresponden con los distintos contenedores donde hay que depositar los diferentes tipos de basura. No existen esos contenedores y la tarea se hace bastante fatigosa. En casas pequeñas, ¿Cómo se distribuye la basura? ¿Se salen las personas, para que quepan los diferentes recipientes de basura, que luego habrá que reciclar? Las familias buscándose la vida todo el día, ¿llegan por la noche y se ponen a la ardua labor de separación de la basura?

Nuestros parques, sirven la mayoría de las ocasiones los fines de semana, como un desahogo. Familias enteras, se llevan la nevera y pasan el día, como si estuvieran en el campo, se celebran cumpleaños, fiestas. Se ensucia mucho el espacio público. Los lunes se ven los jardines y los árboles llenos de botellas, latas, bolsas de plástico. Olores de todo tipo, menos buenos.

En estos parques hay que denunciar la falta de urinarios públicos, la falta completa de contenedores y papeleras, la falta de campañas de sensibilización y la total ausencia de vigilancia municipal, que disuada de tirar la basura en un espacio que es de todos.

Por supuesto no estoy diciendo que las clases más desfavorecidas, sean las que ensucian. Pero si que se sienten despreciadas. Gente sin civismo las hay en todas las clases sociales. No hay más que ver esas grandes multinacionales, arrojando sus productos de desecho en océanos y mares, destruyendo bosques y selvas.

Son criminales.

Es una responsabilidad de todos y todas, pero por favor desde las distintas administraciones, hagan justicia con el dinero que es de todos. ¡¡Ocúpense de la basura y no de las banderitas en los balcones oficiales!! o


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