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  • Marian Giménez

Políticos


En la Asociación Vecinal en la que participo, todos los años damos unos premios republicanos, a personas que se han destacado bien por su trabajo e interés por nuestro barrio, o bien por el desarrollo de actividades en colaboración con la asociación.

Este año dos de los premios han recaído, en un diputado de Podemos de la Asamblea de Madrid y otro en una concejala del partido socialista en el Ayuntamiento. Ambos, están desarrollando su labor política, tomando como base los barrios. Tanto en la proliferación de las casas de juego y apuestas y en temas de bochornoso urbanismo, acompañándonos, viniendo al barrio. Sin fotos, sin ruido.

Los dos estaban realmente emocionados. Nunca antes, nadie les había dado un premio por su labor política. Manifestaban su sorpresa a partes iguales con su agradecimiento.

Se viene escuchando con una intensidad preocupante, especialmente en esta década prodigiosa, de la crisis, donde todo ha quedado desvencijado y con mucha menos regulación que antes, que los políticos son todos iguales, que roban a manos llenas y que mejor alejados de cualquier iniciativa ciudadana, plataforma, asociación, etc.

En estos días he asistido a una invitación de asociaciones dominicanas en Tetuán, comunidad muy numerosa en el barrio de Bellas Vistas, con la que mantenemos buenas relaciones y de hecho intentamos trabajar juntos en varios proyectos para el barrio. Algunas de las cuestiones mencionadas las he vuelto a escuchar también en esta reunión. Se trataba, de dejar fuera a los políticos y sacar solo la bandera que les identifica como dominicanos, es decir la bandera de su país, República Dominicana.

Tengo que destacar, que el cónsul dominicano, es una persona totalmente accesible, a pie de calle. Se ha acercado a la AV, cuando le hemos llamado, sin reservas, sin cuestionar esto o aquello. Ha venido a escucharnos y a escuchar a los vecinos y sus legítimas quejas. Así entiende él su labor política. Es un hombre que habla con sencillez, sin abstracciones ideológicas y por supuesto habla orgulloso de lo que su gobierno ha conseguido en República Dominicana. Añado que en su país como en el nuestro y seguramente en su partido hay corrupción.

Se oye poco o casi nada en la calle, de esas empresas tan patriotas que no tributan en España o tienen su capital y grandes beneficios en paraísos fiscales.

Reclamo la misma indignación para ciertos bancos, que hoy están saliendo en la prensa, cuyas amistades peligrosas, definen la altura moral de estas entidades. ¿Y las empresas corruptoras de ciertos políticos? Nunca dan la cara.

Se oye poco o casi nada hablar en la calle, de esas empresas tan patriotas que no tributan en España o tienen su capital y grandes beneficios en paraísos fiscales, teniendo a sus trabajadores absolutamente explotados. ¿Se le puede llamar corrupción a esto?

Creo que sí. Ahora bien, también es importante que la política no se convierta en un show, en un gran hermano. La verdad es que el contexto no favorece nada que no sea así. El imperativo de estar siempre expuesto a través de redes sociales, declaraciones, convierte con frecuencia a la clase política en un carnaval de sandeces, que solo inclina la balanza hacia su desprestigio. Creo que no ayudan nada, determinados programas de televisión, en los que bajo un pretendido debate, en realidad lo que se muestra es un espacio ausente de serenidad y de argumentos políticos. Con frecuencia se parecen a un casting de famosos.

Pero cuidado con “Todos son iguales”. Es el preámbulo del fascismo o

 


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