Próxima a la catedral de Cádiz, en la calle Cobo, se encuentra una tienda que en pocos metros cuadrados alberga
lo mejor de los productos de la tierra y una exposición de motos antológicas.
Abel Bocalandro
Pasen y vean. El escaparate nos habla de los productos de Cádiz entre los que destacan los vinos, los quesos, los chicharrones y las conservas gourmet, pero a poco que uno mire al interior, se encuentra con más de 60 motos en exposición. Son motos clásicas y en su gran mayoría de marcas españolas ya desaparecidas o absorbidas por otras empresas. Montesa, Bultaco y Ossa, entre otras, lucen espléndidas en un reducido salón de exposiciones en el que también caben un par de mesas para los clientes. Las motos son parte de la colección que atesoran en Pelayo, una tienda familiar que ha sabido mezclar la pasión por la moto clásica con la del buen comer.
En este espacio, donde conviven motos, camisetas, gorras, mochilas, el frontal de un Seat 1430, motos y coches en miniatura, etc., también se puede beber, tapear y comprar “lo mejor de la tierra”.
En la exposición hay más de 60 motos clásicas, en su mayoría, marcas españolas
Nos recibe Abel Bocalandro, uno de los dueños, para contarnos la historia de esta maravillosa tienda. Abel es de hablar pausado y amable, un buen anfitrión que nos invita a recorrer todos los recovecos del local y el taller, donde esperan más motos para ser restauradas. Durante el recorrido nos va contando la historia de la tienda, de la colección de motos y rememora tiempos en los que en Cádiz se hacían carreras en la playa de La Victoria y en Bahía Blanca. Nos habla de la Bultaco Pursang 370 de 1977, de la Montesa Rapita 250 del 76 o de la Fura del 70, lo sabe todo sobre estas motos que conforman la colección familiar iniciada hace casi dieciocho años.
Exposición de motos en la tienda Pelayo en Cádiz
¿De dónde eres, Abel?
De aquí, de Cádiz capital.
¿Cuándo abre la tienda?
Llevamos desde el 2012, cuando se celebró el bicentenario de la constitución de 1812, entonces aprovechamos para abrir el negocio. Es un negocio familiar, somos tres personas en la familia las que lo llevamos.
¿Es tienda y también museo?
Tenemos una parte dedicada a productos típicos de Cádiz y otra parte, es que somos amantes y coleccionistas de motos clásicas españolas y decidimos abrir una parte del local para exponer nuestras motos.
Antonio y Abel en el mostrador de la tienda
¿Por qué se llama Pelayo?
Porque tenemos raíces del norte, no de Asturias sino de Cantabria. Antiguamente en Cádiz había trabajo y venían los montañeses para trabajar aquí.
¿De dónde viene lo de las motos?
De la familia, no hemos sido corredores pero sí aficionados y amantes. Empezamos con una moto, luego con otra, otra y así hasta tener la colección que tenemos de unas 150 motos. Un 70% restauradas por nosotros... Bultaco, Ossa, Montesa, Derbi, Lambretta, Vespa, porque también tenemos algunas de marcas extranjeras.
En el local se puede beber, picar, comprar recuerdos y otros artículos y además es un pequeño museo. ¿Cómo defines tu negocio, es un bar museo, una tienda museo...?
Un poquito de todo. Es una tienda especializada en productos gourmet de Cádiz; quesos Payoyo, la mojama de Barbate, el vino y vinagre de Jerez, la pastelería típica de Medina Sidonia, el pan de Cádiz, etc. Y además, tenemos una exposición de motos clásicas en donde se pueden degustar los productos de aquí, de la región; un vinito de Jerez, un vino tinto y acompañarlo con un quesito Payoyo. Y para los amantes de las motos clásicas, pueden estar tomando su copita y viendo las motos. Aquí en el local hay 65-66 motos.
Una de las Montesa en exposición
¿Vais cambiando las motos?
Si, cada cierto tiempo vamos cambiando las motos. Según vamos restaurando, las colocamos aquí y la que sacamos de la exposición la ponemos en marcha, porque todas las motos que están aquí funcionan.
¿Quién las restaura?
Nosotros mismos. Trabajamos la pintura, el motor, todo.
¿Las sacáis de vez en cuando?
Si, cuando los clubs de moto clásica de aquí de Cádiz organizan algún evento, siempre cuentan con nosotros. En esos casos sacamos bastantes motos a la calle para que las vea la gente.
La colección familiar cuenta con 150 motos
¿Cuál es el producto estrella de la tienda?
Mmm. Pueden ser los quesos, las conservas y el vino de Jerez.
¿Y a la hora de comer algo, alguna especialidad?
Los chicharrones de Cádiz, una panceta de cerdo con especias. Se comen mucho aquí con sal y limón. Viene gente de fuera buscándolos, tanto la tapa como para llevárselos. Aquí, por ejemplo, viene un cliente y te dice: "quiero tomar una manzanilla de Sanlúcar con una latita de melva canutera de aquí de Cádiz." Sin problemas, se le abre su latita y se le coloca su manzanilla. Intentamos trabajar con todos los productos de la tierra, de toda la zona de la bahía, de la sierra...
Exposición de motos y coches en miniatura
¿Qué moto destacarías de la colección?
La "joya de la corona" es una Montesa Texas, esas motos se hacían para exportarlas a Estados Unidos. Pero llegó un momento en que las quitaron del mercado y volvieron a España unas poquitas, y tenemos la suerte de tener aquí una, que será de las pocas que hay en España y encima, con matrícula de Cádiz.
¿Hay un perfil específico de clientes?
No. Tenemos de todo tipo, además intentamos traer productos según demanda también. Aceites más económicos, aceites especiales y nos adaptamos a todo tipo de clientes.
Tocar y ampliar
¿Qué horario tenéis?
De diez de la mañana a cuatro de la tarde y después de seis de la tarde a nueve de la noche, de lunes a sábado.
¿Cómo va el local, va bien?
Si, va bien. Como todo en la hostelería, están los meses buenos y los meses malos. Los cruceros aportan visitantes y vienen bastantes turistas. Hay guías que nos traen clientes y nosotros les invitamos a un aperitivo, a una copita de vino de Jerez, un poquito de queso... para que puedan degustar el producto que van a comprar.
¿Por qué hay que venir a Pelayo?
Porque es una tienda muy diferente, puedes encontrar todos los productos típicos de Cádiz y a la vez saborear la moto clásica, tomando un aperitivo típico de Cádiz.
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