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Cádiz ciudad carnaval


Es sin duda un carnaval único, diferente de todos los demás y con un enorme arraigo entre los gaditanos que, durante todo el año, se preparan para la gran cita. Este año, del 28 de febrero al 10 de marzo, la ciudad de Cádiz se convertirá en un carnaval lleno de coplas, gastronomía y mucho humor.

En carnaval, la vida se hace en la calle. / Jaime Becerra

Dicen los "entendidos", que cuenta con seis siglos de historia y cada año cobra más vigor. Es el Carnaval y la ciudad se convierte en un inmenso decorado, un escenario donde su gente es la gran protagonista porque llega don Carnal. Aunque lo normal es que se celebre en febrero, este año será casi íntegro en marzo, lo que hará también, que el Concurso del Carnaval de 2019 sea el más largo de la historia, con 36 sesiones programadas en el Gran Teatro Falla. Ha comenzado el 22 de enero con las preliminares y la Gran Final será el viernes 1 de marzo.

El concurso del COAC, en el Teatro Falla, es uno de los eventos más importantes de esta fiesta, agrupaciones de coros, chirigotas, cuartetos y comparsas, compiten para ser las mejores cada año y junto a ellas, la gente toma partido apoyando a unas u otras con encendidos debates a pie de calle. Los medios de comunicación local se vuelcan y hacen un seguimiento exhaustivo de cada noche de competición.

El casco histórico, y especialmente el tradicional, típico y pintoresco barrio de La Viña, acaparan la mayor parte de esta fiesta, declarada de interés turístico internacional. Cabalgatas, tablaos, actos gastronómicos, disfraces, música… es difícil definir el Carnaval y aún más el de Cádiz para quienes no lo conocen, en realidad, hay que vivirlo.

Y aunque oficialmente empieza el 28 de febrero, la ciudad ya está entregada a la fiesta desde antes. Tampoco el final coincide con el oficial, ya que aunque el 10 de marzo es domingo de piñata y un castillo de fuegos artificiales dice adiós a la fiesta, el fin de semana siguiente tiene lugar el carnaval chiquito o carnaval de los "jartibles", para los que todavía quieren más. Y es que en muchas cuestiones, la ciudad va a su aire gracias a la peculiar idiosincrasia gaditana, que la convierten en tan atractiva y especial.

Este año, el pregonero del Carnaval de Cádiz será el cantante Joaquín Sabina

El pregonero Joaquín Sabina

Una vez terminado el concurso en el Falla con la gran final, las agrupaciones salen a la calle para cantar la actualidad gaditana, andaluza, española y mundial, en clave de humor. Nadie se libra del ingenio y la ironía de los letristas. Es el momento en que el pueblo pasa, también, a ser protagonista de esta fiesta. El sábado 2 de marzo, las agrupaciones que han pasado por el Teatro Falla, algunas de ellas sin apenas dormir tras haber actuado en la Final del día anterior, se desperdigan por los diferentes tablaos de la ciudad donde puedes disfrutarlas de forma gratuita. Por la noche es el pregón del Carnaval en la plaza de San Antonio, en un acto multitudinario, donde el pregonero de este año será Joaquín Sabina. Esa noche la ciudad se llena y multiplica su población con gente venida de todas partes. Las calles y plazas se convierten en un inmenso patio común atiborrado de disfraces.

La cuestión es disfrazarse y asaltar las calles con alegría / Jaime Becerra

La única regla es acudir disfrazado de lo que sea y con ganas de pasárselo bien. Sin lujos, con lo primero que se encuentre a mano. Porque este no es el Carnaval del glamur, sino el de las ganas de reírse hasta de uno mismo, de cantar y de bailar.

La cabalgata es otra atracción del Carnaval, colores, luces, disfraces y alegría invaden la Avenida

De día y de noche

El día siguiente no es menos multitudinario. El Carnaval deja por unos momentos su carácter nocturno y se desarrolla al calor del mediodía. El carrusel de coros toma las calles del centro y es un auténtico lujo verlos

y escucharlos, tomando una copa, animándoles y cantando con ellos desde las dos de la tarde.

Todas las agrupaciones van perfectamente conjuntadas con su tipo (disfraz) de cuidada elaboración, otro elemento donde se produce un derroche de ingenio y creatividad. Bares y restaurantes sacan sus barras a la calle y entre copla y copla, se puede comer y beber, un poco de aquí, otro poco de allí.

El carrusel de coros, permite ver las actuaciones de distintas agrupaciones

por las calles de la ciudad. / Jaime Becerra

La cabalgata

Y en la misma medida, o más, podemos disfrutar de la Cabalgata el domingo 3 de febrero, sobre las 17:30 h arranca imponente, atravesando la Avenida de la ciudad. Carrozas de cuidada decoración, luces, colores, disfraces, música y mucha alegría, se convierten en la delicia de niños y adultos que se apostan a lado y lado de la arteria principal de la ciudad para ver el recorrido.

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Participantes de la Cabalgata y niños esperando / Jaime Becerra

En los días de entre semana, el volumen de actos carnavalescos se reduce ligeramente al ser días laborables.

Es una buena oportunidad para escuchar a las agrupaciones por los distintos tablaos que se instalan en la ciudad

y disfrutar de las ilegales –agrupaciones que no participan en el Concurso oficial- en la Viña hasta altas horas de la madrugada. Pero el día grande para estas agrupaciones es el miércoles de Carnaval, las ilegales toman las calles y es sin duda una de las mejores noches para oírlas por cada esquina. Es el Carnaval más auténtico, el más canalla, el más anárquico, libre e irreverente.

Las Ilegales toman las calles / Jaime Becerra

Punto final y seguido

El 10 de marzo, domingo de piñata, el Carnaval finaliza con la quema de la bruja Piti, en la gaditana playa de la Caleta, mientras, a pocos metros, desde el Castillo de San Sebastián, se lanzan los fuegos artificiales que ponen punto y final a las fiestas para la mayoría. Y decimos la mayoría, ya que todavía queda un fin de semana de carácter oficioso. No es festivo ni está recogido en ningún calendario oficial, pero las ganas de Carnaval del pueblo, han hecho que el domingo siguiente al de piñata, este año el 17 de marzo, se celebre el llamado carnaval chiquito o carnaval de los "jartibles" para aquellos que aún no han tenido bastante con 10 días de carnaval y siguen con ganas de escuchar coplas. Ese día las agrupaciones ilegales toman las calles e interpretan su repertorio ante un público menos numeroso que en semanas anteriores. Es un acto más íntimo, diferente a los populosos días de Carnaval cuando es difícil andar por la calle. El público es en su mayoría de la propia ciudad o de localidades cercanas, es una buena oportunidad para escuchar las gracias y el humor de estas agrupaciones, de una forma más tranquila.

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Desde niños, en Cádiz, se aprenden la cultura y costumbres carnavaleras. El Carnaval es época de disfraces, de cambiar de personalidad para ser lo que nos de la gana. El cartel de este año, obra del diseñador gráfico, Javier Urraca Pérez, de Posadas (Córdoba).

Seis siglos de Historia

Los orígenes del Carnaval de Cádiz se remontan a la segunda mitad del siglo XV, con la llegada a la ciudad de comerciantes genoveses y se va consolidando en los siglos siguientes, sobre todo a raíz de que se convirtiera en

el principal puerto de España hacia América y su especial vinculación con los puertos del norte de Italia y Venecia. Por entonces, Cádiz era un enorme crisol cultural, donde marinos de todos los rincones del mundo se cruzaban por sus calles. Los esclavos africanos, que también había en la ciudad, aportaron sus ritmos y músicas enriqueciendo una fiesta popular y anárquica.

En Carnaval, Cádiz es una ciudad que se vuelca con sus fiestas, de una

u otra manera, todo el mundo participa, convirtiendo la ciudad

en un enorme espacio para la diversión. / Jaime Becerra

A lo largo del siglo XVI la fiesta se consolidó, de hecho existen documentos de la época que hablan del arraigo de las fiestas de Carnestolendas en la ciudad. La Iglesia y su férrea disciplina nunca vieron con buenos ojos esta fiesta de tantos excesos y tan cercana a la Cuaresma, por lo que siempre presionó para eliminarla o rebajar su importancia, aunque el pueblo nunca lo permitió.

Durante el duro asedio de Napoleón a Cádiz, a comienzos del XIX, la ciudad resistió frente a las tropas francesas

y nada pudo evitar que los gaditanos celebrasen sus carnavales como siempre.

Durante la dictadura franquista, los carnavales fueron prohibidos por su carácter festivo y poco religioso

En época de la dictadura franquista, entre 1939 y 1975, los carnavales fueron prohibidos por su principal carácter festivo y poco religioso, pero el pueblo, una vez más, desoyó las indicaciones oficiales saliendo a la calle con sus disfraces aun a riesgo de acabar en el calabozo. En esos años la fiesta se trasladaba a los "baches", pequeños bares y tascas donde la gente se reunía para cantar, disfrutar y vivir una fiesta a escondidas de las severas autoridades.

En esos años, fue el propio Carnaval el que se disfrazó pasándose a llamar “Fiestas típicas gaditanas”. Para desvincularlas del Carnaval, el régimen dictaminó que se trasladasen al mes de mayo, con la excusa del clima lluvioso de febrero. Durante el tiempo de boicot, sólo en la localidad de Trebujena, al norte de la provincia de Cádiz, se mantuvo el Carnaval en el mes de febrero, algo que recuerdan con orgullo los trebujeneros.

Carnavales democráticos

Con la llegada de la democracia a finales de los 70, el Carnaval volvió a la calle y recuperó su esplendor. Desde entonces la fiesta ha evolucionado atravesando el marco de lo puramente local, cada año son más los visitantes

de todos los puntos del país y de más allá de sus fronteras que vienen a Cádiz, atraídos por la enorme alegría

y fiesta que se vive en sus calles.

Estás a tiempo para embarcarte en un viaje fascinante que no te decepcionará

Si no lo conoces, no pienses en carnavales tan famosos como el de Río de Janeiro, en Brasil o el de Tenerife.

El de Cádiz es totalmente diferente y por eso es único. Es una ciudad que se vuelca con su carnaval, donde

todos de una u otra manera participan y se convierte en una gran industria estacional. Junto a lo que rodea

a las agrupaciones con sus trajes, disfraces o tipos, el diseño de bateas, carrozas, etc. y el ingente número de profesionales que trabajan para poner la magia en escena, el sector hostelero se frota las manos.

En carnaval, la gastronomía y el hospedaje se disparan debido a la gran demanda en esta época.

Es una algarabía diferente, especial, llena de historias que solo puedes vivir y conocer en Cádiz.

Estás a tiempo para embarcarte en un viaje fascinante que no te decepcionará o

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