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  • Foto del escritorMaskao Magacín

La Caleta de Cádiz


Entender a Cádiz y a los gaditanos, es casi imposible sin conocer la playa de La Caleta, un punto de encuentro

y patio de vecinos del barrio de La Viña, que tiene vida propia todo el año. Este lugar fue propicio para el atraque de barcos fenicios y boca de entrada natural desde mar abierto a la Bahía de Cádiz, a través del ya desaparecido canal Bahía-Caleta.

Atardecer de invierno en la playa de La Caleta, con el Castillo de San Sebastián y su faro rodeado de las típicas barquitas de colores.

Foto Jaime Becerra

El primer día de 2019 y casi como un ritual de buenaventura, nos lanzamos por la mañana a la playa de La Caleta.

El buen clima de Cádiz a pesar de estar en invierno, empujaba a locales, foráneos y cruceristas a tomar, sin más armas que cámaras de foto y bañador, este adorable rincón tan recogido como bello, en el que la historia se hace presente hasta en sus piedras.

La mayor concentración de yacimientos arqueológicos submarinos del litoral gaditano, está aquí, entre el Castillo de San Sebastián y el de Santa Catalina, que flanquean cual vigías pétreos esta ensenada. Los restos expuestos en el Museo de Cádiz hallados en La Caleta, demuestran la utilización de todo el entorno de la actual playa desde los primeros tiempos de funcionamiento de la colonia. A su vez, los textos clásicos hacen referencia a la existencia de dos templos de gran importancia: El dedicado a la Diosa Astarté, en la Punta del Nao, un arrecife sumergido frente al Castillo de Santa Catalina y el dedicado a Baal Hammon o Kronos, en el islote que se erige actualmente el Castillo de San Sebastián, donde se encuentra el faro de Cádiz. La existencia de ambos templos se encuentra avalada por el descubrimiento de piezas de enorme importancia, como el Gran Thymiaterion fechado en los siglos VII-VI antes de nuestra era, objetos votivos, estatuillas de terracota y el capitel protoeólico de volutas que pueden verse en la Sala Fenicia del Museo de Cádiz.

"Fue un puerto natural en el que las naves fenicias fondeaban, trayendo hasta Gadir todo tipo de mercancías"

La zona fue un punto destacado de intercambio comercial debido a su fondeadero. Un puerto natural entre las islas de Erytheia y Kotinoussa donde las naves fenicias arribaban trayendo hasta Gadir todo tipo de mercancías procedentes de la cuenca mediterránea, y a su vez, desde donde partían las embarcaciones con materias primas

y productos elaborados de la colonia como sus apreciadas salazones.

La única del casco histórico

La Caleta es la única playa de la ciudad enclavada en el casco histórico y es la de menor extensión de todas.

Las otras playas, se encuentran fuera de las murallas, más allá de las Puertas de Tierra. Su principal atractivo radica en su ubicación, un escenario que ha inspirado a músicos y poetas como Isaac Albéniz, José María Pemán, Paco Alba

o Carlos Cano. Está flanqueada por los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, frente al antiguo Hospital de Mora, la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y junto a la Facultad de Ciencias del Trabajo de la UCA,

en pleno barrio de La Viña.

Vista de la playa desde la acera con el camino que lleva al Castillo de San Sebastián al fondo.

Foto Jaime Becerra

Justo en medio de la playa y dándole un aire de principios del siglo pasado, se erige el antiguo Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real, donde hoy se ubica el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía.

El edificio, inaugurado en 1926, se caracteriza por sus largas galerías laterales que parecen abrazar el mar. Sustituyó a los tradicionales Baños del Real, instalación de madera que existía a comienzos del siglo XIX, junto a los que también se situaban los de la Palma, de estructura similar y que fueron unificados bajo la denominación del Real

y de la Palma. Con este proyecto se pretendía ofrecer una alternativa de ocio, playa y baños de mar a la población del casco antiguo, evitándole los desplazamientos y gastos que suponía trasladarse al Balneario Reina Victoria, a las afueras de la ciudad, donde hoy se encuentra el hotel Playa Victoria.

La playa de La Caleta con el Balneario de La Palma. / Foto Jaime Becerra

El balneario es una construcción de hormigón armado que cuenta con el pabellón de acceso, levantado sobre la muralla, y el balneario propiamente dicho, construido sobre pilares en la misma playa. Consta de una zona central flanqueada por torres rematadas por cúpulas, desde la que parten dos alas curvas, en cuyos extremos se abren pabellones cubiertos por cúpulas. En todo el conjunto es evidente la influencia modernista, aunque también es evidente el historicismo oriental, típico de los balnearios ingleses. Sin elementos decorativos, destaca un panel

de azulejos con la Virgen de la Palma.

Ambiente en La playa de La Caleta el pasado 1 de enero. / Foto Jaime Becerra

Su uso como balneario dejó paso a otros fines. Entre 1936 y 1943, alojó la Escuela de Flechas Navales, después

sirvió como sala de proyecciones y en 1958, un empresario de la zona se hizo cargo y lo explotó como local para

la celebración de banquetes, fiestas, etc. En 1975 y tras un fallido proyecto de explotación hostelera, el edificio cayó en el abandono hasta 1990, cuando la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural e inició los trámites de rehabilitación para finalmente, situar aquí la sede del Centro de Arqueología Subacuática, del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

"La Caleta es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Cádiz"

Carne de cañón

La Caleta, debido a su situación, era un punto que había que defender a toda costa, por ella podía penetrar cualquier invasor que llegase por el mar. Fruto de ello son los dos castillos que la flanquean: el Castillo de San Sebastián y el Castillo de Santa Catalina. Aparte existían otras fortificaciones como el Baluarte del Orejón, actual entrada al Castillo de San Sebastián y conocido como la Puerta de la Caleta; el Baluarte de San Pablo y el Baluarte de San Pedro. Y aunque todos los avales históricos son muy potentes, lo que realmente destaca hoy en día es su belleza y sus estampas pintorescas. Barquitas de distintos colores están amarradas junto a la orilla, como si fuera una pintura costumbrista con su ensenada suave, de olas tranquilas que la hacen ideal para los niños. Es una playa familiar en verano y los gaditanos la consideran como uno de los lugares más emblemáticos de su ciudad, siendo un tema recurrente en las coplas del famoso Carnaval de Cádiz. Al estar junto al barrio de La Viña, es un referente de lo que podemos llamar de “Cai, Cai.”

Es una playa de olas suaves que la convierte en ideal para los niños. Al fondo, el Castillo de Santa Bárbara.

Foto Jaime Becerra

Es una playa recogida, íntima y a la vez expuesta debido a estar junto a una arteria principal de la ciudad. A lo largo de sus 450 metros de longitud es posible ver todo tipo de personas, desde estudiantes de Erasmus fascinados con el sol de Cádiz, hasta turistas que atónitos descubren esta belleza. Y los infaltables "caleteros", personas que aprovechan todo el año para darse baños de sol, con su tez morena pasan horas junto a un botellín y sus amigos, hablando de lo divino y lo humano.

"Las aguas de La Caleta albergan más de 60 especies marinas"

Especies marinas

Las aguas de la Caleta albergan más de 60 especies marinas como las mojarritas, los erizos de mar, las caballas o el cangrejo moro que está en peligro de extinción. Y algo alucinante, las piedras de La Caleta están bautizadas, una costumbre ancestral que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que ha puesto nombres -también llamadas marcas- como: piedra "Cuadrá", la Palangana, piedra "Reonda", etc. Hay muchísimos nombres, algunos porque la piedra se parece a un animal, otros porque se parece a un objeto, otras con nombres religiosos o militares, hay para todos los gustos.

Las típicas barcas de colores que salpican las aguas de la ensenada. / Foto Jaime Becerra

La Caleta está orientada a poniente y queda resguardada en los días en que sopla el viento de levante. Si a eso

le sumamos su sol casi perenne y un bar a pie de playa donde se pueden degustar tapas, raciones o medias raciones de la típica gastronomía gaditana, como la caballa caletera con piriñaca, hacen de este rincón un sitio mágico y especial. Aquí también se dan cita los gaditanos para disfrutar de diversas celebraciones como las hogueras de San Juan bien adornadas con fuegos artificiales que son vistos en toda la ciudad para goce de sus habitantes. Las puestas de sol son un espectáculo que congrega en la arena y la balaustrada superior, a gran cantidad de personas con su móvil o cámara para inmortalizar el momento.

"Ha sido escenario de rodajes de películas como: Muere otro día, de James Bond"

No en vano, La Caleta ha sido escenario de rodajes de películas como: Alatriste, Manolete, El Amor Brujo y Muere Otro día de James Bond, donde se puede ver a la actriz Halle Berry saliendo de las aguas de esta playa.

Asiduos a la playa, los “caleteros” iniciaron el nuevo año tomando el sol.

Foto Jaime Becerra

Es un rincón único que parece un decorado de película. En pocos metros, puedes disfrutar de distintas atracciones, de todo lo contado de la playa y el balneario, de entrar por la Puerta de La Caleta y encontrarte con la Peña Flamenca Juan Villar o seguir por el camino que lleva al castillo de San Sebastián. Por el otro lado, puedes acceder al Castillo de Santa Catalina, tomarte un respiro en una terraza o simplemente mirar el ajetreo de barcas en el Club Marítimo Gaditano. Además, justo en frente de la playa, está la parada de autobuses que te llevan y traen desde distintos puntos de la ciudad y de extramuros. Es un enclave inigualable, lleno de vida, de buena vida o

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